Resumen: ¿Te pasas continuamente discutiendo con tus padres, hermanos, pareja, compañeros de trabajo, etc., porque piensan diferente a ti?, ¿te molesta que no vean la vida de la misma manera que tú?, ¿no hacen lo que tú deseas?, ¿no saben respetar tu espacio, tu tiempo, tus sentimientos?, ¿quisieras decirles basta, ya no más, pero no te has atrevido, o quizá lo hiciste pero de la forma incorrecta y no has logrado nada? En el artículo de hoy, te describo cuáles son los errores más comunes que puedes estar cometiendo, que te impiden tener una buena relación, y qué puedes hacer para cambiar esta situación.
A veces la mejor solución parecería ser alejarse de ellos, poner distancia, y, de hecho, es saludable; sin embargo existen personas que aun estando lejos siguen peleando, discutiendo, sintiéndose controladas, criticadas, y por más distancia que hayan puesto les parece que nada ha cambiado. Y esto comúnmente sucede porque:
Error #1. No has sido consciente que el cambio empieza por ti.
En su libro Usted puede sanar su vida, Louise Hay explica que en la vida todo son relaciones y tenemos relaciones con todo: los objetos, la comida, el tiempo, el transporte, las personas. La forma en que nos relacionarnos con todo es un reflejo de la relación que tenemos con nosotras mismas. Es por eso que, por más que nos hayamos alejado de esas personas, todo sigue igual, porque lo seguimos teniendo en nosotros.
Nuestras relaciones son espejos de nosotras mismas. Aquello que atraemos es siempre un reflejo, ya sea de nuestras cualidades o de las creencias que tenemos, independientemente de quien se trate, sea un jefe, un amigo, un empleado o un hijo. Las cosas que a una no le gustan de esas personas son las que una misma hace o le gustaría hacer, son lo que una cree.
Para cambiar esta situación Louise Hay propone lo siguiente:
- Durante un momento piensa en aquella persona con la que más tienes problemas.
- Describe 3 características de esa persona que a ti no te gusta y quisieras verle cambiar.
- Ahora, mira profundamente hacia dentro de ti y pregúntate si tú eres así, en qué momento lo eres, cuándo haces esas mismas cosas.
- Cierra los ojos y date tiempo para hacerlo.
- Después pregúntate si estás dispuesta a cambiar.
Cuando hagas desaparecer de tu pensamiento, y de tu conducta esas pautas, hábitos y creencias, entonces esa persona cambiará o desaparecerá de tu vida.
Como siempre digo yo, el cambio empieza por una misma, es la mejor manera que tenemos para cambiar a otros, porque al empezar a cambiar una, le estamos permitiendo a la otra persona hacerlo también.
Error #2. No aceptar que los demás pueden pensar diferente a ti.
Cada persona ve la vida de un modo diferente y según ha sido educada. Cada quien tiene sus propias experiencias y creencias, y para que los demás aprendan a respetar las tuyas debes aprender a respetar las de ellos, darles libertad para ser quienes son.
Por muy en desacuerdo que tú estés, lo único que puedes hacer es apoyarles, darles una opinión o un punto de vista con respeto cuando te lo pidan; al igual que tú, pedir una opinión o punto de vista sobre lo que quieras consultar sin dejarte afectar por lo que digan, y tomar tus propias decisiones.
Error #3. No aprender a comunicarte de mejor manera
Muchas veces creemos que los demás deben adivinar nuestras necesidades y deseos. Sin embargo, para que la otra persona sepa exactamente lo que necesitas debes expresarlo, pero es necesario saber cómo hacerlo y en qué momento. No es lo mismo pedir algo en medio de gritos y discusiones, que hacerlo cuando todos están calmados.
La mejor manera que tienes para expresar lo que deseas y obtener resultados cien por ciento efectivos, es invitando a esa persona a tener una conversación contigo, en un contexto tranquilo, lejos de cualquier distracción, dándole a ese momento la importancia que se merece.
Cuando hables con esa persona, no lo hagas echando culpas, acusaciones, sino haciéndote responsable de lo que sientes, de lo que piensas, de lo que quieres.
No es lo mismo decir:
Cuando tú me haces x cosa…”, que decir “cuando tú haces x cosa, yo me siento…”,
o “cuando yo hable a mí me gustaría que… me mires, me abraces, me escuches.” ¿Qué deseas que suceda?, ¿qué necesitas pedirle?.
¿Notas la diferencia?
La conversación que tengas siempre debe llevarte a un ganar-ganar, a determinar qué puedes hacer tú para que la situación mejore, y qué necesitas pedirle a él o a ella; generar acuerdos en los que ambos ganen, y establecer fechas que les permitan ver ese acuerdo concretado en la realidad.
No tiene por qué terminar en discusiones. Hay que permitirle al corazón hablar, sin orgullos, en pos de mejorar las cosas.
Espero que conocer estos 3 errores y qué es lo que puedes hacer, te ayuden a mejorar tus relaciones.
Si necesitas ayuda para aprender a comunicarte mejor, puedes aplicar a una Sesión de Descubrimiento gratuita conmigo, en donde te ayudaré a ver cuáles son los pasos que necesitas dar para mejorar notablemente tus relaciones.
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Sobre la autora:
Vicky Villa ayuda a mujeres cansadas e insatisfechas de la vida que tienen y están deseosas de impulsar un gran cambio. A través de su experiencia y estrategias poderosas que ha sabido aplicar en su propia vida, les enseña a transformar su relación con ellas mismas, reconocer lo valiosas que son y recuperar su poder para hacer realidad sus sueños y metas.
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