– ¿Sientes rabia cuando tus padres, hermanos, o pareja te dicen que mejor «deberías dedicarte a otra cosa» porque no logran ver resultados en tu negocio, o emprendimiento?
– ¿Pero más te llena de rabia saber que en el fondo quizá tienen razón, porque por más que haces y haces, no logras convertir todo ese tiempo invertido en resultados palpables?
– ¿Y más rabia te da ver cómo nuevas emprendedoras en tan poco tiempo están “triunfando”, mientras tú llevas años intentándolo?
Si esta eres tú, ¡Te entiendo!
En un mundo donde nos han enseñado que generar x cantidad de dinero, o tener un carro, una casa, pareja, hijos, son sinónimo de éxito; es normal que sientas rabia y frustración al no lograrlo y creer que tú eres la única que lo está haciendo mal.
Cuando la verdad es que para tener un negocio exitoso requiere de tiempo, de tener una mentalidad de crecimiento, de que confíes plenamente en ti, aún cuando los demás no lo hagan, así como de constancia, perseverancia, inversión de dinero, y estrategias adecuadas.
¿Cómo volver a confiar en ti misma y sentir paz, sin sentirte cuestionada, o juzgada por no ver avances?
1.- Valorando tu propio camino.
No te compares con los resultados de otros, cada quien tiene su propio proceso.
Cuando sientas que te estás comparando, détente y observa tu propio camino:
- ¿Dónde estabas hace 1, 5, o 10 años cuando empezaste, y dónde estás ahora? En esto es lo único que necesitas fijarte.
2.- Basándote en hechos, no en interpretaciones u opiniones.
Una cosa es que hayas sacado un producto, o servicio, y obtuviste cero, o pocas ventas (hecho) y otra cosa es que “no seas buena para eso” (opinión). ¿Notas la diferencia?
Cuando sientas rabia porque te dicen que deberías dedicarte a otra cosa, y algo en ti cree que quizá ellos tienen razón, pregúntate:
- ¿En qué me baso para concluir esto?
- ¿Qué hechos concretos me indican / evidencian que es así? (HECHOS, ¡no opiniones!)
3.- No es lo que logras, sino el cómo llegas.
Aunque todas buscamos el éxito, lo importante no es lo que logras, ni qué tan rápido lo logras, sino el CÓMO llegas.
Hay tantos casos de personas que alcanzaron el éxito en sus vidas profesionales, pero llegaron quemadas, enfermas, agotadas, que ahora ni siquiera pueden disfrutar del fruto de su trabajo.
No importa el tiempo que te tome llegar a la meta, lo que importa es que llegues bien física, mental y emocionalmente, y que cada día avances, aunque sea un poco, pero avances.
4.- Deja las expectativas y disfruta el proceso.
Lo que más te causa rabia y sufrimiento son las expectativas que te pones:
- “A mis X edad ya debo tener…”
- “En 3 meses ya debo facturar X…”
- “Con este producto debo generar X…”
No digo que esté mal tener expectativas, el problema está en el significado que les das y en que te identificas con esos resultados.
Por ejemplo, si tienes la expectativa de que a tus 45 años ya debes tener un negocio que factura 1 millón de dólares, y llegas a esa edad y no lo logras, sientes rabia porque para ti significaba “poder demostrar a otros que tú sí puedes y que eres valiosa, pero ahora ya no podrás hacerlo”.
En lugar de eso te propongo que hagas un compromiso contigo misma de jamás volver a sentirte de esta forma, porque ya no te centras en el resultado, sino en el proceso y en la persona que te has transformado.
Para eso pregúntate:
- ¿Qué sí he logrado en este tiempo?
- ¿Qué logros obtuve en el pasado que me muestran que he logrado cosas importantes (y que puedo)?
Estas 4 claves te ayudarán a poder mirar a tus padres, hermanos, o pareja a la cara y sentir paz, confianza en ti misma, y satisfacción de saber que independientemente de lo que ellos piensen, cada día te acercas a tus sueños.
Cuéntame, ¿Te ha pasado?
¿Qué nuevas posibilidades se abrieron ante ti, al responder a estas preguntas?
Un fuerte abrazo!
Vicky
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